sábado, 14 de mayo de 2016

¡EL DE-GR-2017 LEYÓ MAS COSAS!

Cuando el Ser Imperfecto nos atacó el otro día cuando íbamos a entrevistarle el DE-GR-2017 consiguió registrar también situaciones vividas por este nefasto ser. Concretamente escenas, o parte de ellas que pertenecen a 'El Asesino del Barroco' tal cual se describen en la novela:



Que criaturas tan hermosas. Solo piensan en atacar y saciar su hambre devorando lo que tienen cerca. Yo las veo como seres bellos, una hermosura divina
                Cuando vio que había llegado el momento cogió en brazos el cuerpo del joven musulmán y lo elevó por encima de la bañera. Lo bajó hasta que  quedó a la altura del agua. Se oyó ya el chapoteo en el agua de las pirañas cuando las gotas de sangre se mezclaron con el agua dulce.
                Aquel joven moro acabó dentro de la bañera. Las pirañas se fueron a por él como poseídas por el mal. Empezaron a producirle cortes por todo el cuerpo pero especialmente en los pies. El joven todavía mantenía la cabeza fuera del agua pero seguía inconsciente. A cada ataque de las pirañas la heridas se producían por todo el cuerpo, la sangre emanaba más y enardecía aquellas pirañas que aumentaban el sonido del chapoteo del agua.
                  El Ser Imperfecto disfrutaba viendo aquello, era su  nueva obra y se sentía orgulloso de como prosperaba. Sabía que aquello no acababa allí. Ni tan solo con la posible muerte del joven.
                Las pirañas estaban desgarrando la carne con voracidad, sus ataques eran incluso más intensos de lo que él había previsto. Por un momento el joven pareció despertar por el dolor que le estaban infligiendo aquellos peces carnívoros. Abrió un poco los ojos y con vista borrosa se dio cuenta del peligro. Su cabeza se hundió en el agua mientras las pirañas tiraban de él.
                El cloroformo solo atenuaba en parte el dolor del que empezó a ser consciente. Hizo un intento de reflotar su cabeza por encima del nivel del agua y pudo ver como la sangre lo cubría todo. Se espantó todavía más mientras hacía unos movimientos muy torpes y completamente inútiles.

                Las pirañas habían atacado todo su cuerpo incluida la cara. Sintió desfallecer y no volvió a recuperar el conocimiento. Las pirañas seguían a lo suyo, generando heridas de más de dos centímetros de diámetro.

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