domingo, 24 de julio de 2016

Personajes Barrocos por el mundo: Bernini (1)

Y cogimos el DE-GR-2017 y nos fuimos en busca del pasado. 'Zas', de repente estábamos bajando por una de las colinas de Roma. ¡Habíamos conseguido traspasar las barreras del tiempo y volver a 1643!
Dos de los que somos colaboradores de este blog íbamos en busca de Gian Lorenzo Bernini.
Queríamos conocerle y avisarle de lo que 'El asesino del Barroco' estaba haciendo con algunas de sus estatuas y otros monumentos del arte Barroco.
Después de muchas preguntas y de perdernos por la Ciudad Eterna, todas las pistas non conducían hasta el barrio del Trastevere, pegado al rio, donde en un viejo taller trabajaba el gran maestro.
'Toc, toc' sonaba desde el interior de aquel lugar lúgubre que aunque fuese  mediodía no contaba con una buena  iluminacción.
Aquel sonido era el  del martillo y el cincel con el que Bernini estaba acabando una de sus obras.
-¿Quienes son ustedes?
-¿Es usted el gran maestro Gian Lorenzo Bernini?
-Por supuesto. Es una ofensa  no reconocerme -y se quedó mirando nuestros atuendos...
-Está acabando de esculpir la Fontana del Tritone -dijo uno de nosotros.
-¿Y usted como sabe eso? -dijo enfurecido mientras dejaba el martillo y tomaba una jarra de vino y éste se deslizaba por su garganta.
-Porque vinimos del futuro -sentí que mi compañero se precipitaba con aquella frase.
-¿Del futuro? Yo creo que mas bien vienen de otro reino y vienen a desestabilizar las tierras de nuestro amado Papa.
-Y su mecenas por supuesto -mi compañero no parecía frenarse con cada frase.
-El Papa es como mi rey, le debo sumisión.
-Y bien recompensada tiene esa sumisión -añadí yo a las frases de mi compañero.
-¡Váyanse de aquí! -se le oyó gritar mientras seguía tragando vino, parecía que aquello le ayudaba a crear.
-Hemos venido aquí para evitar que finalice esta obra. Dentro de cuatrocientos años será el desencadenante  de un imitador que junto a sus obras dejará muertos creyendo crear arte.
-¡Pero que diablos están diciendo! -dijo más colérico y agarrando una jarra que parecía iba a hacer trizas.
-Créame -dije yo- Esta obra será traslada hasta la Piazza Barberini y allí será visitada por numerosos turistas...pero un día, una persona enferma creerá estar resurgiendo el arte Barroco pero solo hará que matar.
-¡Hijos de Satanás! ¿Pero que barbaridades son ustedes de inventar? -volvió a coger el martillo- Márchense ahora mismo. Están en tierras del Papa- y amenazando con el  martillo añadió: si no desaparecen haremos venir a la guardia suiza.
¡Mequetrefes! ¡Parlanchines!¡Espías del enemigo! -y mientras decía eso  nos embistió con el martillo y el cincel. Ya fuera del taller salimos corriendo mientras nos lanzaba con violencia los dos instrumentos con los que creaba arte Barroco.




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